No me gusta meterme a nadar al mar, pero a pesar de eso me encanta admirar lo inmenso que es, mirar hacia el horizonte tratando de ver el fin. Algo un poco ilógico es que uno de mis grandes sueños es aprender a surfear; espero cumplirlo un día.
Me desperté temprano por la mañana y quise ir hacia la playa, era un día de esos en los que te despiertas con tantas cosas en la mente que no te dejen comer en paz el desayuno, obvio mi tarea de ese día no era ir a la playa sino cumplir con mis tareas del día, tareas del día que se vuelven rutina, pero éste día quise venir a la playa caminar algunos kilómetros por la costa mientras veo como se levanta el sol en el horizonte que parece salir del fondo del mar es uno de los espectáculos mas hermosos que existen en el mundo. Y como era de esperarse hoy nuevamente estoy pensando en ella, no sé por qué diablos ella ocupa gran parte de mi pensamiento a pesar de el daño que ha causado en mi.
Benaía eres un torpe; me repito cada vez que me pongo a pensar en ella.
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