sábado, 12 de noviembre de 2016

Después lo hago...


Es tan irritante dejar las cosas para “después” o “luego”, hacer esto sí o sí trae malas consecuencias. Consecuencias como perder oportunidades únicas de ganar algo, ya sea un mejor puesto en el trabajo o una mejor calificación en una materia. Pero más allá de ganar algo, dejar las cosas para “después” o postergarlas <<llamando por su nombre>> nos quita algo más valioso que cualquier calificación aprobatoria, salario o reconocimiento, sí nos quita tiempo.

Sé que quizá ya he escrito en repetidas ocasiones respecto al tiempo, que es algo que no se recupera, que a veces quisiéramos regresar el tiempo, corregir cosas, actitudes, cambiar respuestas, etc. Pero como no hablar de algo tan valioso, no creo tener que dar una súper explicación de ¿por qué es tan valioso?

Imagínate que pasas el examen de una de las universidades más importantes del estado y país donde vives, empiezas como todo alumno de nuevo ingreso a la universidad con la expectativa al cien por ciento, con cientos de incógnitas en tu mente pero con un solo objetivo, egresar con una carrera universitaria y darle de regalo a tus padres ese título universitario que tanto anhelan para poder colgarlo en una de las paredes de la sala donde llegan todas las visitar y poder presumir ese gran logro y orgullo de la familia. Empiezas tu vida como estudiante, conoces nuevos amigos, haces nuevos compañeros, te das cuenta que los maestros de primaria, secundaria y bachillerato a comparación de los actuales vienen siendo como un cuento de hadas, te enfrentas a la realidad de “solo somos facilitadores de la información si ustedes quieren aprender más profundicen en el tema, total uno ya está graduado ustedes son los que quieren estarlo” y así poco a poco te vas dando cuenta cuan mediocre puede llegar a ser un ambiente universitario, por una parte amigos nuevos que te van a durar toda la vida quizá, contactos que posiblemente en un futuro te puedan servir para el negocio que tanto has soñado por otra parte está el ambiente frío y hostil de aquellos profesores que les importa un bledo si aprendes, comprendes o entiendes la clase que dieron…o el intento de ella, y es aquí donde tenemos que tomar una decisión importante, cuando tenemos que empezar a priorizar las cosas y saber tomar decisiones concienzudas entre lo que podemos dejar para después y lo que debemos hacer ahora en otras palabras saber priorizar.

Sigamos con nuestra travesía universitaria. Hay una materia que se te dificulta y no logras entender bien el tema por lo consiguiente no haces los ejercicios prácticos en clase, te aburre y te da pereza copiar los apuntes porque por tu mente pasa “para qué si de todas maneras ni le entiendo”. Al no tener apuntes, los ejercicios prácticos en clase, ni las tareas no estudias para el examen parcial y así hasta el segundo parcial que obviamente no pasas, en este punto todavía tienes oportunidad de salvar la materia pero supongamos que te sigue valiendo un cacahuate y piensas “ya no la armé, si no pase ningún examen mucho menos pasaré el ordinario” entonces decides no presentar tampoco el examen ordinario, continuas con el mismo pensamiento hasta llegar al extraordinario, repetición de la materia, pasar por un curso especial de la materia hasta llegar a un examen de ultima oportunidad y en esos momento sí es cuando te encuentras entre la espada y la pared, recordando y lamentando todo el tiempo perdido deseando poder regresar el tiempo hasta aquel día cuando te diste cuenta que no entendías ni un comino de qué trataba la materia pero ahora es tarde, la presión psicológica es demasiada vez que tus compañeros van 2 semestres delante de ti y algunos otros más listos hasta 3, tus amigos cercanos te incitan a estudiar pero eso te hace sentir más presionado, y qué decir de tus padres la presión de ellos también está sobre ti, bueno…eso si es que se los contaste…

Piensa las cosas antes de volver a decir después lo hago.

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